La relación entre Aarón Suárez y Liga Deportiva Alajuelense llegó a un punto de quiebre. El volante de 23 años, que llegó a la institución en 2019 procedente de las juveniles del Saprissa, parecía condenado a repetir una historia conocida en el camerino manudo: pasar de ser aplaudido a convertirse en el blanco de los cuestionamientos de la afición.

Una relación desgastada

Desde 2021, Suárez se consolidó en el primer equipo rojinegro. Tuvo destellos de talento y partidos destacados, pero también altibajos que alimentaron la impaciencia de una hinchada ansiosa por ver a su equipo levantar un título nacional. En ese contexto, siempre hay un jugador que carga con las críticas cuando los resultados no llegan. Ya sucedió con Alexander López, Freddy Góndola o Jonathan Moya, y el siguiente en la fila era Aarón Suárez.

El volante vivía una relación de amor y desencanto con los aficionados: admirado por su talento, pero señalado por la falta de constancia colectiva del equipo.

Un buen negocio para todos

La salida de Suárez al Alagoz Holding de la Segunda División de Turquía representa una solución conveniente para ambas partes.

Para el jugador: significa un salto económico considerable y la oportunidad de mostrarse en el fútbol europeo, aunque no sea en una liga de élite.
Para Alajuelense: el traspaso, que no supera los $400.000, deja un ingreso inmediato y la posibilidad de quedarse con un porcentaje de una futura venta, lo que puede representar una ganancia mayor a largo plazo.

El contrato de Suárez con la Liga vencía en diciembre de 2026, por lo que el club asegura retorno económico antes de arriesgar una salida libre.

El factor de la lesión

El traspaso aún depende de las pruebas médicas en Turquía, ya que Suárez viajó lesionado por un problema muscular. El club turco está al tanto de la situación y será ese examen el que determine la concreción de la operación.

El cierre de un ciclo

El paso de Aarón Suárez por Alajuelense deja sensaciones mixtas: un jugador formado en Saprissa que encontró espacio en el máximo rival, que mostró calidad pero que también cargó con críticas propias de un entorno exigente.

Su salida, más allá de lo económico, representa un respiro en una relación con la afición que parecía desgastarse cada vez más.

📌 Para Suárez, es la oportunidad de reinventarse. Para Alajuelense, un movimiento estratégico. Y para ambos, un final que llega en el momento justo.

De los aplausos a las críticas: por qué Aarón Suárez necesitaba salir de Alajuelense