El Deportivo Saprissa oficializó este martes la salida de su gerente general, Gustavo Chinchilla, quien asumió el cargo en marzo de 2020 y dejará sus funciones el próximo 31 de agosto. Según comunicó el club, la decisión responde a nuevos proyectos personales y profesionales del directivo, mientras la Junta Directiva ya inició el proceso para nombrar a su reemplazo.

Chinchilla fue el hombre de confianza de Horizonte Morado para liderar una etapa marcada por la modernización del club, justo cuando la pandemia del COVID-19 golpeó de lleno a la industria del fútbol. En su carta de despedida, Saprissa destacó logros en las áreas deportivas, operativas, financieras, comerciales y de experiencia estadio. Incluso, se le atribuye haber consolidado un modelo de gestión empresarial que, según el club, dejó huella.

Sin embargo, detrás de esa transformación institucional también hay cifras que revelan otro tipo de desafíos. Durante la gestión de Chinchilla, los socios de Horizonte Morado debieron acudir en dos ocasiones a inyecciones de capital para sostener las operaciones del club. Los llamados de capital, uno en 2021 y otro más reciente, suman un total de $7,6 millones, según confirmó este medio.

Dichos aportes fueron necesarios para cubrir el déficit operativo de una institución que, pese a su éxito deportivo —incluidos cuatro títulos nacionales bajo esta administración—, ha tenido que depender de los socios mayoritarios para garantizar su estabilidad económica.

Fuentes internas señalan que la búsqueda del nuevo gerente no será únicamente para continuar con el modelo empresarial implementado, sino también para revisar la sostenibilidad financiera a mediano plazo, especialmente si Horizonte Morado desea abrir el capital a nuevos inversionistas o reducir su exposición económica directa.

Mientras tanto, todas las áreas operativas del Saprissa seguirán funcionando con normalidad y se espera que el nombre del sucesor se comunique oficialmente antes de que finalice el mes de agosto. A pesar de que en los últimos días se han dado salidas en otras áreas de la administración.

La salida de Chinchilla marca el fin de una etapa clave en la administración saprissista, y abre un nuevo capítulo para una institución que se sigue transformando fuera de la cancha, pero que deberá encontrar la fórmula para hacerlo sin depender de salvavidas financieros.

Se va el gerente que lideró una transformación, pero dejó un Saprissa con llamados de capital por $7,6 millones